Vicente Puchol La bendición es aquel momento mágico donde se unen el Campo y la Ciudad.
De modo ansioso y con entusiasmo los Agricultores de la huerta de Valencia esperan el día 17 de enero. Es el día en grande donde son bienvenidos y bien recibidos en nuestra ciudad, pero con la diferencia que es el único día del año en el que ellos pueden pasearse por Valencia con sus caballos.
Es bien sabido que la actual ordenanza municipal prohíbe el tránsito de caballerías por sus calles a excepción de aquellas que sean de las fuerzas de seguridad y algunas empresas privadas dedicadas a eventos sociales que con sus carruajes llevan a las falleras mayores o a las novias a encontrar su matrimonio.
Para un aficionado ecuestre poder pasearse por la
ciudad de Valencia con sus caballerías, es como la
fallera el día de la ofrenda, donde se engalana para
ofrecer lo mejor de sí misma a la virgen.
Se trabajan durante el año persiguiendo tener las cosas en el máximo nivel de limpieza, de presentación óptima, de conservación adecuada, con los caballos entrenados bien musculados y en un exquisito y elevado nivel de doma. Todo ello para ir a la calle Sagunto, para bendecir a sus animales con un propósito claro de Fe Cristiana, buscando la bendición de Dios a través de San Antonio y procurar un año lleno de salud y bienestar para sus caballos.
El esfuerzo que estas personas hacen es inmedible, incalculable, de una implicación global de toda la familia y el entorno más próximo. Herradores, guarnicioneros, esquiladores, pintores, carpinteros preparan restaurando, reparando o simplemente limpiando y puliendo todo lo necesario para que ese conjunto formado por el carro o carruaje, aparejos / guarniciones y caballos estén en perfecto estado de revista para salir el día 17.
Las manos de los carreteros más expertos enganchan a diario los caballos, enseñándoles normas básicas tan sencillas como es arrear y parar, mantenerse quietos en la parada, ser capaz de ignorar cuando otros caballos pasan por lado, tener la templanza de estar quieto aunque la gente te rodee, estar tolerantes a la música ambiental y al tráfico rodado de la ciudad.
El fruto de este trabajo es la impresión de esos conjuntos que podemos disfrutar un día al año, donde se concentra la mayor cantidad de caballos domados de España después del Rocío en Almonte.
EL CARRO:
Cuando vemos pasar un carro enganchado, hay que entender que el valor de los mismos en su puntuación depende de los factores de calidad como son: limpieza, nivel de conservación, autenticidad sin alteraciones de origen (es decir estoy viendo un carro que mantiene las características propias que tenía cuando se fabricó, teniendo en cuenta que entorno a 1960 se dejaron de fabricar carros). Las maderas de los carros en su sentido eran en cada momento maderas naturales trabajadas por los carpinteros con sus herramientas básicas y poca maquinaria; es decir lo que están fuera de lugar es que un carro/ carruaje lleve maderas actuales como son: conglomerados, contrachapados, fibra de vidrio, y otros materiales sintéticos de fabricación actual.
A la vez los carros originales son de madera reforzada con hierro (es decir si vemos un carro de hierro, es actual y no tiene valor histórico).
La pintura del carro también determina el estado de conservación, pues esta se deteriora y los carros se tienen que repintar con los colores originales y sin alteraciones. El acabado del pintado es fácil de entender y cualquiera sabe si se ha pintado con gusto o lo contrario de cualquier manera.
LAS GUARNICIONES O APAREJOS:
El cuero tiene una vida más corta que la madera y por tanto, con su uso cotidiano, precisa de mayor restauración, pero esto se tiene que llevar a cabo manteniendo las características originales (es decir en su momento no existía el hierro galvanizado o cromado, ni tampoco existían en los collerones costillas de hierro, eran todas de madera y con refuerzos traseros de
hierro negro, los tirantes de tiro y de retranca eran de hierro negro sin pintar y como mucho estaban empavonados con aceite). Las guarniciones deben de estar bien engrasadas, limpias, suaves y ser ajustadas a la morfología del caballo (cuando una persona lleva una prenda que le está grande o pequeña decimos que no es de su talla; al igual pasa con los Caballos, deben llevar las guarniciones de su talla).
Los decorados que llevan los aparejos tienen un origen mucho más cercano, provocados en gran manera por la Bendición de la Hermandad de San Antonio y fue a partir de los años 70 cuando el Agricultor Valenciano empieza a encontrarse en una mejor situación económica y se plantea disponer de aparejos de trabajo diario y otro juego de aparejos de fiesta, adornados con dorados brillantes, mosquiteras con acabado de cuero blanco y rematadas a juego con cuero de color rojo al unisón del color del carro.
Estas guarniciones / aparejos de presentación de modo habitual se guardan en una habitación aparte en casa donde hay poca humedad para evitar que se florezcan, y resguardadas de polvo. Cada tres o cuatro meses la persona más cuidadosa de casa se encarga de bajarlas, limpiarlas de modo profundo con jaboncillo y aplicar grasa o aceite si es necesario; también este trabajo se hace ayudado por miembros de la familia.
Recuerdo de pequeño frases como: “anem a comprar
este collero nou tan aseat per anar a Sant Antoni al filato”.
LOS CABALLOS:
El caballo bien presentado es aquel que está bien alimentado, sin estar tripón, está en su peso óptimo,
pero tiene la carne apretada porque está trabajando a nivel deportivo, ejercitado y a la vez relajado en su conjunto, limpio, pulido por ser el día de su fiesta mayor.
El pelo del caballo demuestra la calidad de la comida y la cantidad que come cada día, por ello el brillo del mismo y la ausencia de peladuras es muy importante para verificar que el caballo tiene una vida saludable y correcta.
Los cascos del caballo deben estar redondeados, estar herrados de pocos días, para llevar los aplomos en su sitio (para que entendamos a las patas delanteras del caballo se llaman manos y las patas traseras se denominan pies) la parte del casco que vemos debe de estar fina, suave, sin asperezas y sin restos de estiércol o barro pegado, protegidas con brea negra. Para que nos entiendan si vamos con los zapatos nuevos veremos que andamos de modo correcto y nuestra pisada es adecuada; pero si llevamos unos zapatos muy usados los defectos de apoyo se multiplican llegando al punto en el que podemos perder el equilibrio y las articulaciones sufren. Al igual pasa con el caballo, debe llevar sus herraduras en su sitio y bien puestas y andando con una fluidez y seguridad natural.
El esquilado, al igual que las personas los caballos precisan un corte frecuente de pelo sobre todo en la crin que se le hace muy larga genera dificultades de limpieza y en ella se pegan restos de estiércol, también el pelaje que recubre los cascos pues es una medida de higiene que esté el pelo que cubre el casco recortado para evitar que el barro de los caminos y el estiércol configuren un conglomerado sucio y sin higiene.
El esquilado del lomo es practicado principalmente en Mulares que por su origen genético tiene un pelo muy largo y es difícil mantenerlo limpio.
Cola y crines bien zepillados y abiertos, sin rascas ni pegotes.
La mirada del caballo determina su estado de ánimo y a la vez se entiende la capacidad de comunicación que tiene el carretero con el caballo. Es una característica reconocida a nivel internacional como el Agricultor valenciano ha sido capaz de domar sus caballos a la voz y a través de está reconducirlos, manejarlos y llevarlos por el buen camino.
LA IMPRESIÓN DE CONJUNTO.
La Bendición como hemos dicho no es un concurso, es un acto de Fe.
A la hora de valorar la presentación el jurado y otorgar los trofeos, se determinan los factores que acabamos de detallar y el conjunto de todos estos se denomina IMPRESIÓN DE CONJUNTO. Puedo tener un carro con
2 caballos y tener una nota muy alta superior a 9 y ser merecedor de un premio destacado; (Sin embargo puede tener un carro con 20 caballos con una nota muy baja 6 o menos, una impresión sin interés y ser merecedor de un pequeño trofeo). Les pongo este comentario porque a veces desde el desconocimiento, las personas pretenden juzgar sin tener criterio. Sin embargo, les digo que las personas del jurado de la Hermandad sí tienen un criterio adecuado para valorar y reconocer la presentación óptima.
Llevo desde el 2004 como speaker / Presentador,15 años realizando esta función con mucha ilusión y entusiasmo, lo que narro en cada Bendición es aquello que los que vienen con sus carros, carruajes y caballos me han transmitido con anterioridad. Mi voz es la voz de los participantes y mi función es trabajar para engrandecer esta fiesta y hacer que tanto los participantes, como el público pasen un día fabuloso, disfrutando de nuestra tradición y cultura.
Quiero acabar este artículo dando las gracias a todas aquellas personas que durante todas las semanas del año trabajan y se esfuerzan para que la magia de la Bendición se lleve a cabo. A todos los miembros de la Hermandad empezando por el Presidente D. Rafa Garrote y acabando por el último incorporado, a todos los participantes y quiero también dar las gracias a todos aquellos que vienen con mascotas y con mucho cariño nos las traen a la Bendición, a las autoridades que nos facilitan el entorno adecuado, los patrocinadores y al Párroco que gracias a él se culmina el acto de Fe.
Desde que tengo uso de razón he participando en esta Bendición y cuando por motivos personales no he podido ir con mis caballos, he ido como espectador a esta cita tan importante en mi calendario anual.
Gracias a todos ustedes, un humilde servidor está trabajando para que los caballos puedan pasearse por nuestra ciudad el día de la fiesta de San Antonio Abad patrón de los animales domésticos.