Dos de las celebraciones más multitudinarias que tienen lugar en la Comunitat Valenciana en el tramo final del mes de agosto, la Tomatina de Buñol y la Cordà de Paterna, verán reforzados los controles de seguridad tras los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils con un incremento de la presencia policial.
Ambos acontecimientos esperan la llegada de miles de personas y tienen resonancia internacional, especialmente en el caso de la localidad de Buñol.
Esta es una de las medidas concretas, según ha sabido Levante-EMV, que se han adoptado en el marco del refuerzo de los dispositivos de seguridad antiterrorista previstos en el nivel de alerta 4 (riesgo alto de atentado y vigente en España desde hace dos años) que ayer decidió mantener el Ministerio del Interior aunque intensificado. De momento, se ha descartado elevar a cinco el nivel de alerta, el máximo, un cambio que permitiría incluso el despliegue del Ejército en la calle, como ha ocurrido en otros países como Bélgica, Francia o Reino Unido tras los atentados del islamismo radical en los últimos meses.
El grado cinco recoge el riesgo de atentado inminente, pero ese no es el caso aún en España.
Ayer concluyeron el Rototom de Benicàssim y el Iberia Festival de Benidorm, los dos últimos grandes conciertos del verano y el viernes por la noche, las medidas de seguridad en los aledaños del estadio de Mestalla eran muy superiores a las de un partido de liga.
Pero la mayor concentración de personas se prevé para dentro de diez días, el próximo 30 agosto, con motivo de la Tomatina de Buñol, fiesta declarada de Interés Turístico Internacional y con un gran impacto fuera de nuestras fronteras. También habrá más vigilancia en la Cordà de Paterna que se celebra cada último domingo de agosto, en este caso el día 27. La medida de reforzar el nivel cuatro de alerta antiterrorista en España, decretada ayer por el Ministerio del Interior, obliga a un aumento de la vigilancia y los controles en zonas de gran afluencia de personas y aquellas que se consideren de riesgo potencial de sufrir un atentado terrorista.
En la práctica, el dispositivo es mayor en eventos concretos como los señalados igual que la atención en los paseos marítimos, los municipios en fiestas o los centros neurálgicos del transporte.
La mayoría de municipios turísticos de la Comunitat Valenciana ha optado estos días por intensificar la seguridad en sus paseos marítimo con bolardos, maceteros e incluso bloques de hormigón para impedir la entrada de vehículos, como ha hecho Peñíscola (imagen superior). Esa es una de las medidas activas de seguridad más repetidas. Oropesa y Vinaròs son otras de las localidades que han instalado barreras para restringir el acceso al paseo. Benidorm también usa remolques de salas de fiestas o parques temáticos como disuasión.
Además, entre las medidas que incluye el nivel de alerta antiterrorista 4 y que afecta a los municipios valencianos está la de estrechar la colaboración de las Fuerzas de Seguridad con las Policías Locales, para incorporar a los a las medidas del plan antiterrorista.